Estanques y piscinas naturales: experiencia, diseño y mantenimiento
Introducción
Los estanques y las piscinas naturales se han convertido en una alternativa cada vez más valorada dentro del diseño de espacios verdes y sistemas productivos sustentables. A diferencia de las instalaciones artificiales convencionales, estos sistemas aprovechan los principios ecológicos del agua en equilibrio para generar ambientes funcionales, estéticos y autorregulados. No se trata solo de una cuestión decorativa: bien diseñados, estos cuerpos de agua cumplen múltiples roles dentro del paisaje.
En agricultura ecológica, jardinería o diseño de permacultura, el estanque o la piscina natural puede actuar como reservorio de agua, moderador climático, hábitat para fauna útil, zona de esparcimiento o incluso sistema de depuración biológica. Pero para cumplir estas funciones, el diseño debe respetar criterios técnicos, ecológicos y constructivos precisos.
Este documento recopila el conocimiento aplicado en el diseño, construcción y mantenimiento de estanques y piscinas naturales, basado en técnicas de bioconstrucción y permacultura .

Definiciones y diferencias
Es fundamental distinguir entre dos tipos de cuerpos de agua habitualmente confundidos:
- Estanque natural: cuerpo de agua diseñado para integrarse al paisaje de manera funcional y ecológica. Puede estar destinado a conservar biodiversidad, captar agua de lluvia, regular microclimas o complementar cultivos. No se utiliza para baño humano.
- Piscina natural o biopiscina: sistema diseñado para uso recreativo humano (nado y esparcimiento) sin empleo de productos químicos. El tratamiento del agua se realiza mediante filtros biológicos, fitodepuración y circulación controlada.
Ambos sistemas pueden coexistir en un mismo proyecto, pero sus requerimientos técnicos difieren en cuanto a profundidad, filtrado, diseño hidráulico y tratamiento del agua.
Diseño: criterios fundamentales
El éxito de un estanque o piscina natural está directamente ligado al diseño previo. Esto implica una evaluación exhaustiva del terreno, el clima, los recursos disponibles y el uso final del cuerpo de agua.
1. Elección del sitio
Se priorizan zonas bajas del terreno donde el agua tienda a acumularse naturalmente. La exposición solar es necesaria, especialmente para las plantas oxigenadoras, pero debe combinarse con sectores de sombra parcial para evitar el sobrecalentamiento y el crecimiento excesivo de algas.
El sitio debe permitir la circulación natural del agua por gravedad, cuando sea posible, y contar con acceso sencillo para mantenimiento y control técnico.
2. Forma y estructura
Las formas orgánicas, sin ángulos rectos ni bordes duros, permiten un mejor comportamiento ecológico. La combinación de zonas someras y profundas crea gradientes térmicos y ecológicos, esenciales para flora y fauna.
- Zonas de filtración y regeneración: entre 30 y 60 cm de profundidad.
- Zonas profundas (en piscinas naturales): entre 1,5 y 2,5 m para asegurar volumen de agua estable y evitar estratificaciones excesivas.
- Bordes vegetados: permiten la instalación de especies palustres y facilitan la transición entre el agua y el entorno.
3. Impermeabilización
Dependiendo del tipo de suelo y el presupuesto, se utilizan distintas técnicas:
- Membranas EPDM o PVC: alta durabilidad, flexibilidad y control total de filtraciones. Son las más utilizadas en piscinas naturales.
- Arcilla compactada (bentonita): alternativa natural, ideal en proyectos permaculturales, aunque requiere suelos adecuados y buena técnica de aplicación.
- Hormigón: solución duradera, pero de mayor impacto ambiental. Requiere neutralización del pH y diseño detallado de filtrado biológico.
Funcionamiento ecológico del sistema: zonas, plantas y circulación
Un estanque o piscina natural funciona como un ecosistema acuático cerrado, basado en la interacción entre agua, plantas, microorganismos, luz solar y fauna. Para que el sistema sea estable, visualmente limpio y saludable, es fundamental entender cómo se distribuyen sus partes y qué rol cumple cada una.
Zonas funcionales dentro del estanque o piscina natural
Se identifican cuatro zonas principales, cada una con características y funciones específicas:
- Zona profunda (o de baño, en piscinas naturales)
Es el área de mayor profundidad. En los estanques sirve como refugio térmico y biológico. En las piscinas naturales, es la zona de uso recreativo. La profundidad evita el sobrecalentamiento del agua y reduce la proliferación de algas filamentosas. - Zona de regeneración o fitodepuración
Es el corazón ecológico del sistema. Aquí se instalan plantas acuáticas que absorben nutrientes, eliminan contaminantes y oxigenan el agua. También es hábitat de microorganismos benéficos que descomponen materia orgánica. - Zona palustre o marginal
Ubicada en los bordes, entre 10 y 40 cm de profundidad. Alberga plantas emergentes como juncos, papiros, lirios o calas. Estas especies consolidan los bordes, frenan la erosión y sirven de refugio para insectos y anfibios. - Zona de transición seca-húmeda
Es el borde externo. Aquí se instalan plantas terrestres que toleran humedad, actuando como barrera natural, filtro visual y zona de conexión ecológica con el jardín o paisaje.
Selección de plantas acuáticas
La elección de plantas es crítica. Un error común es usar especies ornamentales sin función ecológica o, peor aún, plantas invasoras. Se recomienda trabajar con especies nativas o naturalizadas, adaptadas al clima local.
Principales grupos funcionales:
- Plantas oxigenadoras (sumergidas)
Ej: Elodea canadensis, Ceratophyllum demersum
Absorben nutrientes disueltos, producen oxígeno, estabilizan el agua. - Plantas flotantes
Ej: Lemna minor (lenteja de agua), Salvinia natans, Eichhornia crassipes (controlada).
Sombrean la superficie, limitan la luz a las algas, absorben nitratos. - Plantas emergentes palustres
Ej: Typha latifolia (totora), Juncus effusus, Iris pseudacorus.
Toman nutrientes directamente del agua y del suelo, estabilizan los bordes, filtran sólidos en suspensión. - Plantas flotantes con raíces en el fondo
Ej: Nymphaea (nenúfares), Nuphar lutea
Proveen sombra, refugio para fauna y oxigenación leve. Son muy valoradas estéticamente, pero no deben cubrir más del 50% del espejo de agua.

Plantas acuáticas para estanques y piscinas naturales
Nombre vulgar | Nombre científico | Función | Observación |
---|---|---|---|
Lenteja de agua | Lemna minor | Flotante, sombrea y oxigena | Se reproduce rápido, buena para sistemas pequeños |
Nenúfar | Nymphaea spp. | Raíz fija, da sombra y refugio | Muy ornamental, no cubrir más del 50% del espejo |
Totora | Typha latifolia | Emergente, filtra y estabiliza | Ideal para bordes amplios, crece vigorosamente |
Papiro | Cyperus papyrus | Emergente decorativa, fija nitrógeno | Requiere espacio, muy ornamental |
Elodea | Elodea canadensis | Sumergida, oxigenadora y depuradora | Clave para mantener agua clara en sistemas medianos |
Cala | Zantedeschia aethiopica | Emergente, decorativa y depuradora | Florece en primavera, necesita luz solar |
Iris amarillo | Iris pseudacorus | Palustre, absorbe nutrientes | Apta para zonas templadas, tolera humedad alta |
Juncos | Juncus effusus | Palustre, estabiliza bordes | Rústico y de bajo mantenimiento |
Salvinia | Salvinia natans | Flotante, control de nutrientes | Cubre rápidamente, ideal para control de algas |
Typha (angosta) | Typha angustifolia | Filtradora y oxigenadora | Crece rápido, se recomienda podar en otoño |
Jacinto de agua | Eichhornia crassipes | Flotante, sombrea y depura el agua | Muy invasora en climas cálidos; usar solo en sistemas controlados |
Circulación y filtrado del agua
Un sistema bien diseñado debe tener circulación constante para evitar zonas estancadas y acumulación de materia orgánica. Esto puede lograrse por:
- Bombeo de bajo consumo: lleva el agua desde la zona profunda a la zona de regeneración. Requiere energía, aunque mínima. Puede integrarse con energía solar.
- Cascadas o canales naturales: cuando el terreno lo permite, se puede crear un flujo gravitacional suave entre diferentes niveles.
- Oxigenación pasiva: lograda por el viento, plantas oxigenadoras y circulación natural del sistema.
En piscinas naturales, el agua debe recorrer obligatoriamente la zona de regeneración antes de volver a la zona de baño. Es fundamental evitar “cortocircuitos” entre entrada y salida.
Fauna útil en el sistema
No es obligatorio incorporar peces, pero muchos proyectos lo hacen por razones estéticas , ecológicas o para evitar la preproducción de mosquitos. Sin embargo, la elección debe ser cuidadosa.
Peces recomendados:
- El guppy, lebistes o pez millón , (Poecilia reticulata) : control de larvas de mosquito.
- Gambusia affinis: control de larvas de mosquito.
- Carassius auratus (goldfish): resistente, útil pero no nativo.
- Tinca tinca o Cyprinus carpio (solo en estanques grandes): ayudan a remover sedimentos, pero pueden enturbiar el agua si hay exceso.
Otros organismos benéficos:
- Renacuajos y ranas: control de insectos.
- Libélulas, escarabajos acuáticos: predadores naturales de larvas y pequeños organismos.
- Microorganismos del biofilm: invisibles pero fundamentales para depurar el agua.
No se recomienda el uso de tortugas, peces tropicales o animales exóticos. Pueden desequilibrar el ecosistema o transmitir enfermedades.
Mantenimiento realista de un estanque o piscina natural
Uno de los grandes mitos sobre los estanques y piscinas naturales es que “no requieren mantenimiento”. La realidad es otra: sí requieren, pero mucho menos que un sistema artificial, y el tipo de tareas cambia. No hay que clorar, aspirar ni usar químicos, pero sí hay que observar, intervenir con criterio y mantener algunos equilibrios.
Frecuencia del mantenimiento
- Diario/Semanal (en verano): observación general, chequeo de la bomba (si hay), retiro de hojas grandes o ramas caídas.
- Mensual: control de algas, limpieza de filtros (si el sistema los tiene), revisión de crecimiento excesivo de plantas.
- Estacional: poda, control de acumulación de sedimentos, limpieza de fondo en caso de necesidad, control de niveles.
No se trata de “limpiar” en el sentido clásico, sino de mantener condiciones óptimas para que la naturaleza haga su trabajo.
Problemas comunes (y cómo resolverlos sin arruinar el sistema)
1. Exceso de algas
Síntoma: agua verde, filamentos flotantes, aspecto turbio.
Causa: exceso de nutrientes (nitratos/fosfatos), demasiada luz solar directa, escasez de plantas oxigenadoras.
Solución:
- Aumentar la cobertura vegetal (nenúfares, flotantes).
- Agregar más plantas oxigenadoras.
- Reducir fuentes externas de nutrientes (abono cercano, pasto cortado que cae dentro).
- En casos extremos: uso controlado de extractos naturales (como cebada en descomposición) para inhibir algas sin dañar el ecosistema.
2. Estancamiento del agua
Síntoma: olor desagradable, aparición de larvas, agua opaca.
Causa: falta de circulación, exceso de sedimentos, temperatura alta.
Solución:
- Mejorar el flujo del agua (revisar bomba o rediseñar caudal).
- Reducir el volumen de hojas y materia orgánica.
- En algunos casos, incorporar aireación pasiva (cascadas, burbujeadores de bajo consumo).
3. Plantas que invaden todo
Síntoma: plantas acuáticas que cubren el 100% del espejo de agua, dificultando el paso de luz y el movimiento del agua.
Causa: falta de poda, selección de especies demasiado vigorosas.
Solución:
- Poda parcial: nunca extraer todo de golpe, se hace por etapas para no desestabilizar.
- Retiro manual o con redes.
- En casos graves: trasplante a otra zona o reemplazo.
4. Acumulación de barro en el fondo
Síntoma: agua con aspecto lodoso, dificultad para ver el fondo, mal olor.
Causa: caída constante de hojas, falta de limpieza estacional.
Solución:
- Extracción manual del sedimento con redes de fondo (si no hay peces).
- Uso de bombas extractoras de lodo (bajo caudal, para no levantar sedimento fino).
- En sistemas grandes: dejar zonas de sedimentación profundas donde el barro se acumule y solo limpiar allí una vez al año.
5. Agua que desaparece (fugas)
Síntoma: bajada constante del nivel, incluso sin evaporación excesiva.
Causa: perforación en la membrana, rotura en mangueras, filtración por borde mal hecho.
Solución:
- Localizar la fuga: se puede hacer marcando el nivel por días.
- Reparar la membrana (EPDM se repara fácilmente con parches).
- En bordes con tierra: compactar de nuevo o colocar barrera vegetal.
Recomendaciones clave para un sistema sano
- No sobrealimentes a los peces: cualquier alimento no consumido termina como nutriente para algas.
- Evitá usar mangueras con agua clorada: si tenés que rellenar, mejor agua de lluvia o dejar reposar el agua antes.
- Mantené las plantas en equilibrio: más no siempre es mejor. Cada planta cumple una función, pero todas compiten por luz y espacio.
- Controlá la entrada de materia orgánica desde el exterior: especialmente en otoño, cuando caen hojas de árboles caducos.
- Usá sensores o medidores simples si querés controlar parámetros: temperatura, pH y oxígeno disuelto pueden darte señales antes de que algo se descontrole.
En la próxima parte vamos a cerrar la nota con:
- Ventajas reales de un estanque o piscina natural frente a los sistemas convencionales.
- Cuándo conviene uno u otro.
- Casos de uso en huertas, jardines familiares, chacras y espacios urbanos.
- Y algunos errores comunes que se ven en proyectos mal ejecutados.
¿Por qué elegir un estanque o una piscina natural?
Beneficios reales (no de folleto)
- Cero productos químicos
En una piscina convencional, el cloro, los alguicidas y los reguladores de pH son parte de un ciclo constante. En una piscina natural, todo eso se reemplaza por plantas, bacterias benéficas y circulación controlada. Esto significa menos gasto, menos impacto ambiental y una experiencia mucho más saludable para el cuerpo. - Mantenimiento económico a largo plazo
Puede requerir más inversión inicial, pero a los pocos años el ahorro en productos, reparaciones y horas de trabajo compensa. Un sistema equilibrado casi no necesita intervención. - Aumento de biodiversidad
Desde el primer año, empiezan a llegar ranas, libélulas, aves, insectos polinizadores, microfauna. El estanque se convierte en una fuente de vida para el jardín o la chacra. - Función climática
Un cuerpo de agua regula la temperatura ambiente: refresca en verano, mantiene humedad en zonas secas, modera el impacto del viento. En microclimas urbanos, puede bajar la sensación térmica hasta 2 o 3 °C. - Valor agregado estético y funcional
Un estanque bien diseñado se convierte en el foco visual del espacio. No es solo decoración: es una pieza viva del sistema productivo o paisajístico.
Cuándo conviene un estanque y cuándo una piscina natural
- Estanque: ideal en proyectos de permacultura, huertas familiares, jardines forestales, agroecología y recuperación ambiental. Funciona como regulador, reservorio, atrayente de fauna, y elemento paisajístico.
- Piscina natural: adecuada en viviendas rurales o suburbanas que buscan un espacio de baño sin químicos. Requiere diseño técnico más controlado, pero es totalmente viable sin electricidad si se usa bien la gravedad y el sol.
Casos de uso en proyectos reales
- Huertas familiares: el estanque sirve como fuente de riego, reserva de emergencia, y espacio para atraer insectos beneficiosos. En muchos casos se integra con gallineros móviles, biofiltros o zonas de sombra.
- Jardines urbanos: incluso en patios chicos, un pequeño estanque de medio metro de profundidad puede estabilizar el microclima, atraer polinizadores y sumar un punto focal al diseño.
- Fincas productivas: en proyectos agroecológicos, los estanques se utilizan como parte de la gestión del agua. También como sistema de depuración de aguas grises y zona de reproducción de fauna útil (como peces para control biológico de mosquitos).
Errores frecuentes (que se pagan caros)
- Poca profundidad: muchos sistemas fallan por ser demasiado llanos. Un estanque debe tener al menos un sector de 1 m o más, especialmente en zonas cálidas. Esto evita sobrecalentamiento y estratificación desfavorable.
- Demasiada planta sin control: aunque las plantas limpian el agua, si no se podan ni se controla su expansión, terminan asfixiando el sistema.
- Membranas mal instaladas: una mala impermeabilización se paga con filtraciones, barro, pérdida constante de agua. Siempre usar materiales de calidad y hacer pruebas de estanqueidad.
- Ubicación sin estudio: si se coloca en zona de escurrimiento de agroquímicos, sombra total, o donde hay raíces de árboles grandes, el proyecto va a tener problemas desde el primer año.
- Incorporar peces sin equilibrio: mucha gente pone peces ornamentales sin considerar su impacto. Algunos remueven demasiado el fondo, otros se reproducen sin control y saturan el sistema.
- No prever mantenimiento básico: aunque el sistema sea natural, necesita revisiones periódicas. Si se abandona completamente, puede terminar siendo un pantano desequilibrado.
Trabajar con el agua, no contra ella
Un estanque o piscina natural no es solo una obra de jardinería. Es un acuerdo con el agua. Si se la escucha, si se la acompaña con plantas adecuadas, si se respetan los tiempos y se entiende cómo se comporta, el resultado es una pieza viva que se mantiene con mínima intervención y devuelve beneficios múltiples.
La clave no está en copiar fórmulas, sino en aplicar principios. Cada terreno es único, y cada sistema debe ajustarse al clima, al uso y al entorno. Pero el resultado siempre vale la pena.
Donde hay un cuerpo de agua en equilibrio, hay vida. Y donde hay vida, el paisaje respira.